No se puede negar: durante mucho tiempo Torino fue sinónimo de industria, ciudad gris e inmovilidad… y tal vez era realmente así. Pero hoy la ciudad ha cambiado profundamente y esa antigua vocación se ha transformado en un motivo de orgullo el cual presentar al mundo: la empresa "made in Torino" es ingeniosa y a la vanguardia, dinámica y vital.
La alta tecnología está representada en el sector de la automoción y del diseño automovilístico en el sector aeroespacial.
Aquí los productores del sabor y el gusto han generado nombres que llevan la turinesidad por el mundo, pero es una ciudad que aprecia también las cosas bonitas, la emoción del lujo, el placer de poseer un producto único.
El Lingotto se merece un capítulo aparte, la histórica fábrica FIAT activa desde 1923 a 1982: recualificada por el arquitecto Renzo Piano, ha sido transformada en un centro de congresos con un gran auditorium y un recinto ferial, una calle comercial en la parte superior, dos hoteles, un cine multisala y la prestigiosa Pinacoteca Giovanni e Marella Agnelli.